Una película alemana sobre la relación sexual de un hombre y su hija robot desencadena huelgas e indignación.




En la película, el padre abusa sexualmente del robot androide. Es algo inquietante sin importar la edad que pareciera tener el androide, pero el hecho es que se trata de una niña de 10 años.

"The Trouble With Being Born" de Sandra Wollner no inspira nada más que sentimientos extraños, desde horror desconcertante hasta admiración conmocionada, asco visceral y ese tipo específico de náuseas desorientadoras que provienen de la demora fraccionada entre el procesamiento de una imagen bien compuesta por el ojo. tu cerebro comprende las implicaciones de las acciones tan bien representadas.

Este ejemplo de tecno-pedofilia nos llega con los cables cruzados y las sinapsis en corto en el intento de comprender sus ramificaciones. Elli es una máquina que no tiene otra función que aquella para la que fue diseñada, pero si una máquina no tiene agencia o interioridad (y, por lo tanto, ningún concepto de explotación), ¿de dónde provienen los recuerdos preprogramados que comprenden la voz en off? ¿Dónde se piensan estos "pensamientos"? Además, es una máquina con forma de niña, interpretada por una niña. Las notas de prensa nos aseguran que se tomaron todas las precauciones imaginables para garantizar el bienestar físico y psicológico de la actriz, y que las escenas más perturbadoras son sutilmente generadas por computadora. Pero aún así, es imposible engañar a nuestros cerebros para que no vean las imágenes finales, que en su mayoría son gráficas solo en inferencia, por lo que parecen implicar: la violación de un niño.


Es inevitable que los elementos más depravados de la historia terminen oscureciendo algunas de las ideas más sutiles de Wollner y será una tarea difícil lograr que las personas reflexionen sobre cuestiones auxiliares en una película destinada a ser acortada a "la película de robot sexual infantil". Aún así, la inteligencia lacerante y el arte fascinante de Wollner hacen que este riff extraordinariamente efusivo en la leyenda de "Pinocho" (parezca una broma aguda que la versión de Roberto Benigni de esa historia jugó este mismo festival) mucho más que una provocación vacía, para los pocos que pueden Tener en cuenta el comportamiento como un capricho de la programación, la emoción como una cadena de código y la moral como un mal funcionamiento.

Una película alemana sobre la relación sexual de un hombre y su hija robot desencadena huelgas e indignación.
En la...

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